domingo, 4 de octubre de 2009

Una voz maravillosa

Puede resultar patético, pero la primera vez que asistí personalmente a un recital de la "Negra" Sosa fue a mis 23 años. Fue donde debía ser: en mi querido estadio Celeste, de barrio Alberdi. Corría el año 1983, la dictadura militar se caía a pedazos, la primavera alfonsinista se tocaba con las manos. Recuerdo esa época con mucha emoción, tenía enormes expectativas en el proceso político que se venía, con la gente movilizada en las calles y el reencuentro con nuestras figuras populares hasta ese momento eclipsadas por la censura.
Ahí estuve, entonces. Disfrutando de un recital bellísimo de Mercedes, con su voz inigualable, a estadio lleno, cantando y saltando en las gradas de cemento.
Quiero dejar una muestra de su apoyo a los artistas locales: en su último disco, Cantora, es acompañada por un dúo mendocino (Nuevo Cuyo) de eximias guitarras con los que he compartido asados y actuaciones. Me contaron que en la grabación, la Negra hizo modificar las partituras para que ellos también mostraran su canto y no únicamente el instrumento.

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