martes, 23 de agosto de 2011

Microrrelatos

Insufrible

Lo descubrí una tarde, en medio de un frío polar. Estaba petrificada, con su cola rozando el borde más caliente de la estufa. De vez en cuando, movía sus ojazos azules y vizcos. Ajena, increíblemente, al compás arrebatador de “A Hard Days Night". Hay días en que Olivia, mi gata siamesa, está insoportable. No le interesan ni Los Beatles.

Beso

El nueve picó en diagonal superando la patada certera del zaguero central, enfrentó el apuro del arquero y, eludiéndolo con un tranco largo, se fue camino al gol completamente solo. Nada le impidió concretarlo, su primero de la era profesional. Ni siquiera, al mirar de reojo el beso apasionado de su novia con un plateista.

Souflé

Me pregunto que hubiese ocurrido si en lugar de pedir milanesas a la napolitana hubiese elegido souflé de verduras con pescado al vino blanco. Y no encuentro respuestas. Justo ahora, cuando una pistola amenaza volarme la cabeza si al tipo no le doy mi celular.

jueves, 18 de agosto de 2011

Previsibles

Ocurrió que el hombre decidió vivir en un país (al que ama) que le ofreciera absoluta previsibilidad (¡oh, qué término tan largo para ofrecer tanto gris!) Él sólo reclamaba que las instituciones encargadas de hacer previsible lo imprevisible (¡madre mía, qué juego de ibles...!), es decir: los gobiernos, la justicia, el sistema educativo, los intelectuales, los medios de comunicación y el resto le allanaran su visión del mundo, o sea, le confirmaran sus valores y su ideología. Pero ocurrió que el hombre, después de casi treinta años de democracia, tiene su cabeza (y su corazón) con tantas dudas que, por vez primera, se siente con ganas de vivir en un país (al que sigue amando) que le otorgue esta vez previsibilidad (¡oh, qué término tan largo para tanta imprevisibilidad!) y, de ese modo, transmitirle a sus hijos y nietos la esperanza de un país algo previsible.