Nostalgias

No hay caso, che, pero no me puedo contener. Siempre que la nostalgia susurra a mi oído, como ocurrió ayer por la tarde, no puedo evitar soltar una lágrima. Escuchaba el bello programa que conduce Aldo Lumbía por Radio Universidad (Música a go gó, lunes a viernes desde las 14 hs.), cuando, de pronto, comenzó a sonar la trémula voz en español de Nat King Cole con su inolvidable "Aquellos ojos verdes". Casi instintivamente, en formato de arrebato emocional, miré una foto en blanco y negro dispuesta en el mueble del living que reproduce el clan familiar de los Jacobo, en el festejo de las Bodas de Plata de mis padres celebradas en 1969.

En forma inmediata, mi corazón comenzó a trastabillar y se trasladó a esa década. No se por qué, pero si tengo que elegir musicalmente una época de mi vida, no dudo en seleccionar aquella de mi niñéz. Recuerdo cómo me impactó, a los 6 o 7 años, descubrir a Los Beatles sonando desde una casa vecina con su tema "Socorro" (Help) y que aún, con el paso de los años, me siguen emocionando. Me encantaba encerrarme a la hora de la siesta en el comedor y, combinado mediante, escuchar en un longplay de vinilo la melodía de Lennon-Mc Cartney "Muchachita" (Girl). No es casual que en un párrafo de mi novela "La estrategia de los azahares" (2004), haga mención a ese cálido tema musical. A los 9 aprendí a tocar la guitarra, que ha sido mi compañía musical cada vez que un encuentro familiar o con amigos lo requiere.

Siento interrumpirlos, pero el pasado me convoca de nuevo: está sonando la voz de Adamo con su eterna canción "Mis manos en tu cintura".

Hasta la nostalgia que viene.