
Soy amante del fútbol, una pasión que cargo encima desde niño. Todavía siento ese cosquilleo de inexplicable alegría o de enorme desazón, cuando mi equipo gana o pierde, que sólo podemos experimentar siendo hinchas. Pero desde hace tiempo trato de mantener el equilibrio, que la sangre futbolera no llegue al río. Es por eso que
esta clase de noticias me pone realmente mal, muy mal. No sé que carajos decir, sólo que al Negro Fontanarrosa, a pesar de su fanatismo, le hubiese dolido tanto como a mí.
1 comentario:
Tremendo, lo que puede hacer el fanatismo.... una desgracia.
Besos, Bochi!!!
Tu sobrino Alejo.
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