miércoles, 23 de diciembre de 2009

Grítelo bien fuerte, Lionel

Lionel Messi, luego de impulsar con el pecho la pelota hacia la red, cometió el pecado de salir desaforado gritando el gol que le dió el triunfo al Barcelona sobre Estudiantes de la Plata y obtener el Mundial de Clubes, el único título que le faltaba al extraordinario club catalán.
Suele ocurrir esa cosa horrible de callarse la boca cuando alguien mete un gol a su ex equipo: quedan atragantados de gol.
Gol, golazo, grítelo a los cuatro vientos mocoso talentoso. Le puedo jurar que para los que amamos el fútbol no hay cosa más hermosa.

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