Sabroso, digestivo, refrescante, tonizador, energizante y ahora también mágico. No exagero, si le cuento que la bebida más consumida en los altares cordobeses nos salva la vida. Compruébelo en esta nota.
Nací en Villa Dolores, tengo dos hijas, Florencia y Agustina, Trabajo en subdirección de Letras en la Biblioteca Córdoba (Cultura de la Provincia). Escribí una novela "La estrategia de los azahares" y un libro de cuentos "Siete pecados dolorenses".
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