miércoles, 18 de agosto de 2010

Pensar en nada


Está parada sobre un tronco de algarrobo. Se yergue sin parpadear.

Hago silencio para no distraerla. Su quietud me conmueve.

Algo mira.

No veo gorriones (su plato preferido), ni mariposas, menos un colibrí.

De pronto, sus ojos azules se cierran (como quien clausura una pena).

Sigue rígida.

Al rato, despierta de nuevo al mundo (su mundo).

¿Qué mierda observa mi gata siamesa?

¿Estará pensando en el gato maltratado de mi vecino?

¿Será una estrategia felina para cazar?

Olivia, de ella se trata, baja al piso con cara de nada. Pasa a mi lado, se rasca el lomo y se recuesta en el suelo: sueña en blanco. Un blanco inmaculado de novia.

Me dormito, todo se convierte en gris oscuro.

Pienso en la inflación, los yanquis en Irak, gente sin laburo, perdió otra vez Belgrano, la degradación del medio ambiente, mi hija rinde Psicomotricidad, la corruptela argentina…

Juro que me resulta imposible imitar a mi gata.


No hay comentarios: