lunes, 26 de julio de 2010

Vacío

Desde que dejó de circular el diario Crítica de la Argentina, no sólo nos hemos quedado más huérfanos de información confiable, esa que nos remueve e indaga por dentro y nos permite reflexionar sobre la realidad sin tanta carne podrida (u oficialista) de por medio. También, carecemos de la opinión necesaria de tipos como Martín Caparrós. Esos que conocen como meter el cuchillo a fondo para desangrar nuestro desconcierto, nuestra parálisis de argentinos conformistas. Es una lástima que hayan desaparecido sus columnas semanales. En tiempos en que asistimos a una guerra no declarada de medios, se extraña la palabra del periodista y escritor. Su capacidad para nombrar las cosas sin casarse con tanta idiotez reinante.

2 comentarios:

Gaby dijo...

A mí me decepcionó Caparrós. Cuando lo escuché en la feria del libro hace un par de años. Tiene una mirada muy pedantona y muy desde Baires para con el resto del país, más allá de lo lindo que haya escrito en su libro El interior.
De todas maneras, es cierto. Estamos huérfanos de información confiable.

Anónimo dijo...

Me encanta como escribe Caparrós. Me desencanta su posición desde la inacción militante. Espero cumpla con lo que le dijo a Lanata que estaba pensando en trabajar desde la politica. En un país (que mal le pese a quien le pese) a recuperado a la politica (ta bien, falta mucho para discutir como en los 60/70) sería explendido que los caparroses se sumen. Las distintas ópticas nos hacen crecer.
Nosotros los conformistas, según mi amigo hermano Bochi, seguiremos pensando que no todo está tan mal:
hablar de politica económica y no de economía politica, por ejemplo, es un avance...
cierto es que: el juicio a los genocidas, la recuperacion de las AFJP para el estado, la recuperación del ANSES, la ley de medios, la 125, los avances en el Mercosur, no redime de culpas y gruesos errores al gobierno, pero algo es algo.
La política es ciencia y como tal no es dogmática pero si acumulativa, tal vez los argentinos habremos llegado a ese estadío en donde dejemos de borrar con el codo lo bien escrito por los gobiernos anteriores y quien suceda a Cristina avance en funcion de los nuevos cimientos