Me gustan los escraches. Los creativos, inteligentes y verdaderamente molestos.
En un país donde los funcionarios del Estado (y de los otros) recién son juzgados en serio cuando dejan el poder, disfruto toparme con crónicas de este tipo.
Les tengo tanta bronca a energúmenos así, que ni siquiera da para subir una foto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario