Después de la muerte de mi hermano Miguel, un ser al que amé profundamente (y al que extraño aún más), comencé a exorcizarlos frente a una hoja en blanco de la computadora. Han salido poemas, cuentos y relatos de los más variados. Espero poder publicar algo durante el 2010.
Les dejo uno que escribí sobre fútbol: es el último partido que vio él antes de fallecer.
Sosiego en la red
Su despedida merecía una final a lo grande, donde la belleza del juego se une, extrañamente, al crepúsculo de una vida apasionada. Donde no hay lugar para las miserias que sólo ver rodar una pelota amortiguada en un pie (cual un pez recostado a la mar). Donde el fragor de las tribunas corea un tributo al amor desenfrenado por vivir, de acallar las voces que mutilan las flores del disfrute futbolero. Donde el vuelo del arquero es una estrella que surca el cielo rutilante entre palo y travesaño. Donde un cruce del líbero es el esfuerzo por apropiarse de lo que parece ilusorio. Donde la cintura del wing baila su zigzag hiriendo a su decrépito marcador; de la blasfemia del nueve que dispara su tiro a quemarropa a contrapelo del Juicio Final. Donde el gol es resumen de un camino que valió la pena compartir con los demás, lugar que su corazón ya fatigado eligió para reposar definitivamente en las redes.
Barcelona y Manchester United disputaron la final de
Descubre a su hermano sentado a su alrededor y le imparte una sonrisa de verano.
Así, de a trancos, va resumiendo las estaciones de una vida plena.
El prestigioso club catalán ha ganado absolutamente todo. La luciérnaga reposa sus últimas luces por todos los rincones de la casa.
Miguelito merecía una final a lo grande.
1 comentario:
Muy bonito relato.
Alejo.
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