viernes, 19 de febrero de 2010

Puñalada

Que tema tan espinoso este de la justicia argentina. Qué complicado es analizarla cuando de condenas se trata.
Por lo general, la sensación del común de la gente es que resulta implacable con los ladrones de poca monta y tolerante con los poderosos. Eso es un dato cierto, lo vemos a diario, cuestión que nos pone más que irritantes.
Yo pregunto: ¿Cuál es el verdadero límite que existe entre lo que establece el Código Penal y la percepción social?
Acaba de dictarse sentencia en contra de los entonces tres menores, acusados de dar muerte a golpes al adolescente Marcos Spedale. Hoy, ya mayores de edad, recibieron una condena extraña: seis años de prisión condicional por haber cumplido (en libertad) las 2/3 partes. Es decir, que ni siquiera se les aplicó el máximo de la pena que asciende a 8 años cuando se trata de delitos de homicidio simple. El veredicto, al igual que el juicio, se realizó a puertas cerradas.
Los tres acusados pertenecen a familias cordobesas de alto poder adquisitivo.
Insisto: qué harto difícil resulta en este país hacer justicia con los que más tienen. No quiero ni pensar si los imputados hubiesen sido chicos indigentes.
El llanto de impotencia que esgrimió la mamá de Marcos, es una puñalada que atraviesa el corazón de los que reclamamos, de una vez por todas, acabar con la impunidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy terrible lo que sufre esta familia Spedale. Qué manera de haber hijos de puta sueltos.

Alejo.