Algo no funciona bien en la primera (¿primera?) potencia mundial. Sus mecanismos de Inteligencia parecen ir a contramano de las nuevas tecnologías. No puede -de ninguna manera- haber tardado tanto en enviar a Córdoba unos estudios genéticos.
Tengo todo el derecho a ser mal pensado. Muy especialmente cuando las sospechas de un crimen recaen en gente poderosa ligada al poder político.
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