martes, 3 de febrero de 2009

Olivia


Se llama Olivia, es mi gata siamesa. Es habitual, es la marca de su raza, que se enrede en mis pies con su ronroneo amoroso y busque acariciarme angelicalmente dando muestras de amor incondicional. Eso sí, cuando tiene una presa en la boca (ver foto) se transforma de tal manera que sus azulados ojos vomitan serpentinas de odio y yo, su novio de costumbre, paso a ser el enemigo número uno. Algo así como un fundamentalista iraquí mirando una foto de Bush. ¿Será parte de la naturaleza femenina?

1 comentario:

Garabatos dijo...

Qué foto copada!!!
Alejo