sábado, 16 de agosto de 2008

Mamá


Son días tristes para mí. Mi madre está en agonía y vaya a saber que misteriosa cuestión la retiene áún. Sólo ella, según parece, es la que decidirá el momento. Desobedeciendo, por única vez en su vida, a Dios que la llama impotente, sin obtener respuestas. En todo caso, el pecado de la Julita ha sido el de haber amado sin límites. Dios, resignate.

1 comentario:

Gaby dijo...

Bochi: hay momentos en la vida en los que uno no entiende bien el porqué de las cosas...Pero entre las cosas que me quedaron claritas cuando pasé por un momento parecido al de tu mamá, es que cada uno se va cuando REALMENTE ha terminado su misión en este despiadado planeta. Ni antes ni después.
Muy lindo el blog!! Ahora me dieron ganas de retomar el mío!
La vecina (Gaby)