Está en manos de la presidenta Cristina Fernández el destino penal del ex guerrillero chileno Galvarino Sergio Apablaza, luego de que la Corte Suprema de Justicia diera la conformidad para su extradición al país trasandino. Está acusado de ser parte intelectual del homicidio de un ex senador pinochetista y el secuestro de una directiva del diario El Mercurio. Apablaza permanece en Argentina en calidad de refugiado político. Hoy se conoció un comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo oponiéndose al fallo de la Corte argentina. Es clave recordar que los hechos delictivos se produjeron en democracia.Si se comprueba que efectivamente la historia es así, no queda más remedio que entregarlo a la justicia chilena. De lo contrario, resultaría lamentable que el gobierno argentino y los organismos de derechos humanos apañaran y legitimaran un crimen.
No importa saber el origen ideológico de las víctimas. Pensarlo de este modo, es asemejarnos a los mismos monstruos que decimos combatir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario