
- Profesora: David es antepasado de José, ¿verdad?.
- Así es como debe ser, respondió ella, impaciente.
- ¿Cómo es posible entonces que Jesús descienda de David si es hijo de María, no de José?.
- La fe sigue caminos que no conocemos. No hay que discutir ni averiguar. Hay que aceptar.
Este diálogo, de una enorme indagación teológica, corresponde al capítulo de una brillante novela que estoy releyendo: "El vuelo de la reina", de Tomás Eloy Martínez.
Es un orgullo este escritor tucumano, lamentablemente ya fallecido. Recuerdo que al presentar el libro en Córdoba, alguien le preguntó que había de cierto en las novelas escritas por él:
Tomás respondió: "Yo les sugiero que, de la primera a la última página, no me crean nada...
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